Como en la vida, para hacer grandes vinos no existen recetas y no existirán. Existen estilos y formas, existen
momentos y oportunidades, existen sueños e ideales, tan diversos como diversos son las mujeres y hombres de nuestro
mundo. Nuestra propia existencia es un libro que escribimos en borrador y que no concluye, que se prolonga, que
intentamos dibujar avanzando hacia días que serán, nuestros mejores días.
La única, absoluta y suprema norma,
debiera ser la nobleza, ese esquivo estado de elevación que otorga a los elegidos la capacidad de mantener sin alterar
las virtudes capitales de su esencia, sea cual fuere el escenario, frente a la prosperidad o frente a las peores
adversidades. Definitivamente la nobleza es lo más digno de intentar cultivar en nuestras vidas, y de más está decirlo,
en nuestros vinos.
POLÍTICA EMPRESARIAL
La política de producción de Marton se basa en
establecer esquemas precisos e integrados de elaboración que involucran todos los parámetros que influyen sobre la
calidad final de los vinos y que en conjunto conforman el terroir o terruño. En nuestro concepto el terruño es además
de la combinación de factores como clima, suelo, ubicación y planta, todo lo que el manejo del hombre aporta. Sobre
esta base, nuestros vinos se comienzan a producir tempranamente en la viña y se terminan en la bodega, donde intentamos
mantener y potenciar toda la riqueza que las uvas traen del viñedo. Es aquí donde el enólogo aporta la cuota de arte.